Después de un semestre estudiando en la Uni de Magdeburg por fin ha llegado la segunda etapa del intercambio: la práctica. Thalia y yo conseguimos una práctica bastante cotizada: vamos a estar trabajando en un proyecto nada más y nada menos que para BMW! El proyecto se ve bien, pero todavía no tenemos detalles.
Para poder hacer esta práctica tuvimos que mudarnos de Magdeburg a Dingolfing, que es donde está la planta. Nos mandaron de la BM una lista de lugares a los cuales nos podríamos mudar y, después de que nos informaron que nuestra primera opción estaba llena, conesguimos lugar en un pequeño, muuuy pequeño pueblito a 11km de Dingolfing llamado Frontenhausen.
Rentamos una camioneta en Magdeburg, la llenamos con toooodas nuestras cosas y partimos hacia nuestro nuevo destino, dejando tristemente atrás a Lo. Después de 5 horas llegamos a Passau, a casa de Don Monty. Dormimos ahí y al día siguiente manejamos hacia Frontenhausen.
El luegar está bien. Los cuartos tienen internet y tele satelital, la cocina está muy completa y hay una sala de juegos muy agradable con tele, DVD, Playstation, juegos de mesa, dardos, etc...
Todo iba perfecto hasta que decidimos ir a ver a qué hora pasaban los camiones, porque no hay ni tren. Llegamos a la parada, vimos el horario y cuál fue nuestra sorpresa al ver que el camión pasa a las 6:20AM y a las 2:30PM. ¡¡¡Y YA!!!
Visitamos de nuevo a Don Monty y de regreso caminamos de Dingolfing a Frontenhausen.
Eran como las 7 y ya estaba obscureciendo, pero un taxi cuesta 20 euros, así que ni modo, a caminar.
El primer cachito estuvo muy bien, con un caminito siguiendo la carretera. Como al km 3 empezó a nevar constantemente. Un poquito más adelante llegamos a un pueblito llamado Oberbubach (que es como Bubach de Arriba). Todo iba muy bien hasta que el caminito se acabó.
Pues sí, teníamos 7km por delante a campo traviesa, con 30cm de nieve, nevando y con mucho frío.¡Pero un taxi cuesta 20 euros! Creo que se nos está pegando lo marros de nuestros amigos los Regios, pero esa es otra historia, como diría Doña Chonita.
Decidimos caminar junto a la carretera, pero como ni a acotamiento llega, íbamos por el campo, donde la nieve nos llegaba a las rodillas. Pero queríamos nieve, no?
¡Cómo quería unas requetas! Y no para jugar tenis. Realmente cansa estarte hundiendo, porque tienes que levantar más los pies. Lo bueno es que vi un bosque, ahí no hay tanta nieve por los árboles. Nos íbamos acercando, yo con un sentimiento de alivio creciendo cuando:
Y así nos fuimos agarrando del barandal de cotención que ponen en la carretera para no caer en las obscuras y misteriosas profundidades del bosque.
Después de un larguísimo tiempo vimos: <- Frontenhausen 4km Dingolfing 7km -> Ya íbamos a más de la mitad! Estábamos en medio de la nada, en casi obsucridad total, porque era noche de luna nueva para rematar. Lo bueno es que la nieve refleja toda la poca luz que hay en la noche. Eso sí, las estrellas se veían preciosas. Ahí estaba brillando Orión, que es de las pocas constelaciones que puedo identificar a simple vista.
Después de un tiempo aún más largo vimos otro letrero: Frontenhausen 1km. Ya desde un poco más atrás se podía ver la torre iluminada de la iglesia del pueblo. Veíamos civilización después de horas de no ver más que campo y bosque. El pueblo nos parecía civilización! La cosmopólita ciudad de Frontenhausen, patrimonio de la humanidá... Hasta ese momento, y después de tres horas de caminata, alcanzamos nuestra meta y de paso comprobamos que no, no se puede llegar de Frontenhausen a Dingolfing en bicicleta...
Serge
Para poder hacer esta práctica tuvimos que mudarnos de Magdeburg a Dingolfing, que es donde está la planta. Nos mandaron de la BM una lista de lugares a los cuales nos podríamos mudar y, después de que nos informaron que nuestra primera opción estaba llena, conesguimos lugar en un pequeño, muuuy pequeño pueblito a 11km de Dingolfing llamado Frontenhausen.
Rentamos una camioneta en Magdeburg, la llenamos con toooodas nuestras cosas y partimos hacia nuestro nuevo destino, dejando tristemente atrás a Lo. Después de 5 horas llegamos a Passau, a casa de Don Monty. Dormimos ahí y al día siguiente manejamos hacia Frontenhausen.
El luegar está bien. Los cuartos tienen internet y tele satelital, la cocina está muy completa y hay una sala de juegos muy agradable con tele, DVD, Playstation, juegos de mesa, dardos, etc...
Todo iba perfecto hasta que decidimos ir a ver a qué hora pasaban los camiones, porque no hay ni tren. Llegamos a la parada, vimos el horario y cuál fue nuestra sorpresa al ver que el camión pasa a las 6:20AM y a las 2:30PM. ¡¡¡Y YA!!!
Oh por Dios! Estamos atrapados en un pueblooo!!!!
Bueeeeeno, no puede ser tan malo. Estamos a 11km y nos prestan bicis gratis. Lo malo es que no sabemos por dónde va el camino de las bicis...
Pues, ¿por qué no la caminamos? A ver cuánto tiempo hacemos.
Va! Mañana.
Visitamos de nuevo a Don Monty y de regreso caminamos de Dingolfing a Frontenhausen.
Eran como las 7 y ya estaba obscureciendo, pero un taxi cuesta 20 euros, así que ni modo, a caminar.
El primer cachito estuvo muy bien, con un caminito siguiendo la carretera. Como al km 3 empezó a nevar constantemente. Un poquito más adelante llegamos a un pueblito llamado Oberbubach (que es como Bubach de Arriba). Todo iba muy bien hasta que el caminito se acabó.
Chanfle! ¿Y ahora?
Pues a seguirle caminando. No manches, nos la bañamos!Abramos un paréntesis: Seguramente les sonó algo raro en la conversación anterior. Efectivamente, la expresión "nos la bañamos". Se la bañó es una expresión Regia que significa más o menos: "Caracoles, ahora sí nos pasamos." Dicha expresión poco a poco va enraizando en la poca representación Chilanga en Alemania. Triste, pero cierto. Así que, para mantenernos fidedignamente apegados a la autenticidad de los hechos, la he citado textualmente. Cerrando paréntesis......
Pues sí, teníamos 7km por delante a campo traviesa, con 30cm de nieve, nevando y con mucho frío.¡Pero un taxi cuesta 20 euros! Creo que se nos está pegando lo marros de nuestros amigos los Regios, pero esa es otra historia, como diría Doña Chonita.
Decidimos caminar junto a la carretera, pero como ni a acotamiento llega, íbamos por el campo, donde la nieve nos llegaba a las rodillas. Pero queríamos nieve, no?
¡Cómo quería unas requetas! Y no para jugar tenis. Realmente cansa estarte hundiendo, porque tienes que levantar más los pies. Lo bueno es que vi un bosque, ahí no hay tanta nieve por los árboles. Nos íbamos acercando, yo con un sentimiento de alivio creciendo cuando:
¿Nos vamos a meter al bosqueeee?
Sip.
Pero, es que me da cosa....
No pasa nada, sólo hay ardillas! Están hibernando y sólo conozco una que muerde...
Ya sé! Pero me da cosa. Yo no fui scout!
Yo tampoco.
Ash
Bueeeeeeeeeeno, nos vamos por la orillita.
Y así nos fuimos agarrando del barandal de cotención que ponen en la carretera para no caer en las obscuras y misteriosas profundidades del bosque.
Después de un larguísimo tiempo vimos: <- Frontenhausen 4km Dingolfing 7km -> Ya íbamos a más de la mitad! Estábamos en medio de la nada, en casi obsucridad total, porque era noche de luna nueva para rematar. Lo bueno es que la nieve refleja toda la poca luz que hay en la noche. Eso sí, las estrellas se veían preciosas. Ahí estaba brillando Orión, que es de las pocas constelaciones que puedo identificar a simple vista.
Después de un tiempo aún más largo vimos otro letrero: Frontenhausen 1km. Ya desde un poco más atrás se podía ver la torre iluminada de la iglesia del pueblo. Veíamos civilización después de horas de no ver más que campo y bosque. El pueblo nos parecía civilización! La cosmopólita ciudad de Frontenhausen, patrimonio de la humanidá... Hasta ese momento, y después de tres horas de caminata, alcanzamos nuestra meta y de paso comprobamos que no, no se puede llegar de Frontenhausen a Dingolfing en bicicleta...
Serge